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Yapacana and irregular armed groups in Venezuela

Photo Kapé-Kapé Civil Association

Desde inicios del mes de julio, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana desarrolla operaciones militares en los estados Bolívar y Amazonas en lo que cataloga como una lucha contra la minería ilegal que ha destruido los ecosistemas, para instaurar un “plan de rescate ambiental”.

El 13 de septiembre, el ministerio de Defensa informó supuestos enfrentamientos entre agentes militares y mineros ilegales de la zona del Parque Nacional de Yapacana, en el estado Amazonas, que habrían dejado al menos un saldo de dos personas muertas y seis heridas. Las cifras extraoficiales, sin embargo, hablan de hasta 10 muertos y al menos 17 heridos y cuestionan el carácter del supuesto enfrentamiento. Los hechos tuvieron lugar en la mina Cacique luego de que militares, como parte de la Operación Autana, trataron de desalojar a presuntos mineros que se habrían negado a salir del área natural protegida por el Estado.

A través de su cuenta de X (antes Twitter), el 18 de septiembre el comandante estratégico operacional de la Fuera Armada informó que un tribunal acordó “medidas judiciales precautelativas de carácter ambiental, sobre el Parque Nacional Yacapana, autorizando (…) la práctica de la detención inmediata de personas que se identifican por alias, presuntos líderes negativos que controlan toda la actividad minera en el Parque Nacional Yapacana”. Según el Ministerio de Defensa, la fuerza armada “ha desalojado de la Amazonía venezolana a más de 12.000 personas” señaladas como mineros ilegales. Ante lo crítico de la situación en la zona sur, el coordinador residente de la ONU en el país llamó a “que se investiguen los hechos” y a “promover soluciones duraderas desde el respeto integral al Estado de Derecho (…)”.

En mayo de 2022, AlertaVenezuela alertó la peligrosa situación que enfrentaba el pueblo Uwottüja, en la zona conocida de los cuatro ríos, en el estado Amazonas. A mediados de mayo de 2022, el indígena Pablo Medina fue retenido por personas narcotraficantes por varias horas y dejado en libertad al final de la tarde, pero era evidente que este no sería el último encuentro. El 30 de junio, Virgilio Trujillo, de 38 años y perteneciente a los Guardianes Indígenas del Territorio Ancestral, fue asesinado en Puerto Ayacucho, cuando regresaba del territorio y las comunidades de Autana. Es decir, fue alcanzado por los narcotraficantes en la capital del estado Amazonas, a 85 kilómetros de su territorio ancestral, lo que evidencia la extensión de la operación de estos grupos irregulares que actúan con total impunidad.

En su más reciente Informe “Una Tragedia Ignorada”, AlertaVenezuela identificó que en la última década se ha producido una proliferación de grupos armados irregulares en el país, que incluyen, entre otros, grupos paramilitares, grandes bandas de crimen organizado y organizaciones irregulares de origen colombiano. Estos grupos tienen control de territorio y capacidad de gobernanza y están ocasionando una grave afectación a los derechos de la población venezolana y limitaciones de acceso a la acción humanitaria. En todos los casos, la actividad de estas organizaciones solo es posible con la anuencia o complicidad de autoridades civiles y militares del ámbito nacional o local.  En el caso del Arco Minero del Orinoco, que se supone está bajo control del Estado, es más evidente su relación con diversos grupos irregulares, donde permanece una lógica de reacomodo de mafias según los interés políticos y comerciales, sin afectar el negocio del extractivismo, el controbando y otras actividades ilícitas, pero sí favoreciendo las prácticas de trata y tráfico de personas, desplazamiento interno y migración forzada, desapariciones forzadas, asesinatos, afectaciones graves a la salud, explotación sexual y laboral, servidumbre, entre otras prácticas violatorias.

Ante los hechos recientes en Yacapana, AlertaVenezuela reitera su llamado de que se incluya en el proceso de negociación para la reinstitucionalización de Venezuela el tema de la existencia y papel de estos actores irregulares y su impacto en los derechos humanos de la población. El sur del país particularmente se ha convertido en un territorio sin ley, con graves e irreversibles consecuencias para los pueblos indígenas y sus derechos, y la degradación ambiental de sus territorios ancestrales, que son también patrimonio de la humanidad.

Yapacana and irregular armed groups in Venezuela

Since the beginning of July, the Bolivarian National Armed Forces have been carrying out military operations in the states of Bolívar and Amazonas in what they classify as a “fight against illegal mining” that has destroyed ecosystems, to set an “environmental rescue plan.”

On September 13, the Ministry of Defense reported alleged clashes between military agents and illegal miners in the Yapacana National Park area, in the state of Amazonas, which left at least two people dead and six injured. Unofficial figures, however, speak of up to 10 dead and at least 17 injured and question the nature of the alleged confrontation. The events took place at the Cacique mine after the military, as part of Operation Autana, tried to evict alleged miners who had refused to leave the natural area protected by the State.

Through his X account (former Twitter), the Strategic Operational Commander of the Armed Forces reported that a court agreed to “precautionary judicial measures of an environmental nature, on the Yacapana National Park, authorizing (…) the practice of immediate detention of people who identify themselves by aliases, alleged negative leaders who control all mining activity in the Yapacana National Park.” According to the Ministry of Defense, the armed force “has evicted more than 12,000 people from the Venezuelan Amazon” identified as illegal miners. Given the critical nature of the situation in the southern zone, the UN resident coordinator in the country called for “the facts to be investigated” and “to promote lasting solutions based on comprehensive respect for the rule of law (…)”.

In May 2022, AlertaVenezuela warned of the dangerous situation faced by the Uwottüja people, in the known area of the four rivers, in the state of Amazonas. In mid-May 2022, the indigenous Pablo Medina was detained by drug traffickers for several hours and released at the end of the afternoon, but it was evident that this would not be the last encounter. On June 30, Virgilio Trujillo, 38 years old and belonging to the Indigenous Guardians of the Ancestral Territory, was murdered in Puerto Ayacucho, when he returned from the territory and communities of Autana. That is, he was caught by drug traffickers in the capital of the state of Amazonas, 85 kilometers from his ancestral territory, which shows the extent of the operation of these irregular groups that act with total impunity.

In its most recent Report “An Ignored Tragedy”, AlertaVenezuela identified that in the last decade there has been a proliferation of irregular armed groups in the country, which include, among others, paramilitary groups, large organized crime gangs and irregular organizations of Colombian origin. These groups have control of territory and governance capacity and are seriously affecting the rights of the Venezuelan population and limiting access to humanitarian action. In all cases, the activity of these organizations is only possible with the consent or complicity of civil and military authorities at the national or local level. In the case of the Orinoco Mining Arc, which is supposed to be under State control, its relationship with various irregular groups is more evident, where a logic of rearrangement of mafias according to political and commercial interests remains, without affecting the business of extractivism, smuggling and other illicit activities, but favoring the practices of human trafficking and smuggling, internal displacement and forced migration, enforced disappearances, murders, serious health issues, sexual and labor exploitation, servitude, among other serious practices.

In light of the recent events in Yacapana, AlertaVenezuela reiterates its request that the issue of the existence and role of these irregular actors and their impact on the human rights of the population be included in the negotiation process for the re-institutionalization of Venezuela. The south of the country in particular has become a lawless territory, with serious and irreversible consequences for indigenous peoples and their rights, and the environmental degradation of their ancestral territories, which are also heritage of humanity.